miércoles, 6 de febrero de 2013

La epilepsia infantil

La epilepsia es una enfermedad que por lo general, se empieza a desarrollar en la infancia y que no tiene un origen o causa específica, pero que sin duda ocasiona mucha tensión y temor a los padres o personas cercanas a los niños.
Cuando la epilepsia inicia antes de los 18 años se considera de inicio temprano y se asocia a problemas de desarrollo, cuando se presenta después de esta edad, se asocia a problemas adquiridos como traumas o golpes, tumores o enfermedad vascular cerebral.

Por lo general, los niños propensos a desarrollar epilepsia pueden experimentar su primera convulsión durante alguna enfermedad viral y/o al presentar fiebre.

Entre los síntomas comunes de la epilepsia infantil está la presentación de convulsiones que se afectan sin motivo aparente durante las primeras horas de la mañana y que se acompañan con sensación de mareo.

Antes de un ataque o crisis, en ocasiones suelen presentarse cambios de humor, irritabilidad, dolor de cabeza y algunos cambios sutiles de la personalidad, lo que para muchos padres, es una gran ayuda para predecir eventos y poderse preparar para atenderlos adecuadamente ya que una vez iniciados no se pueden detener, sino únicamente controlar los factores externos que pudieran representar un peligro durante la crisis.

El tratamiento primario de niños con epilepsia es fundamentalmente a base de medicamentos anti-convulsivantes, sin embargo existe también un tratamiento conocido como Estimulación del Nervio Vago, que ha resultado ser muy efectivo y se basa en la utilización del sistema NeuroCybernetic Prótesis, que consiste en la colocación de un generador de pulsos, con cables bipolares, vara programadora e imanes para sostener con las manos y que tiene como finalidad controlar la intensidad de las convulsiones.

También es importante para la tranquilidad de los padres, el saber que no todas las convulsiones que se presentan durante la infancia son por epilepsia, ya que muchos trastornos diversos que si bien hay que atender, la mayoría no son de gravedad y pueden originarlas. Entre ellos están los cardiovasculares que pueden deberse desde espasmos del sollozo provocados por berrinches y llantos incontrolables, hasta problemas por alteraciones del sueño y musculares, síncopes o desmayos, tics, migrañas, miedo, efectos de algunos medicamentos, envenenamientos, golpes y otros problemas más.

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